Hace un par de años en una conversación absurda con Manu (sólo así se puede tener conversas con él) se planteó la idea de hacer un documental sobre Francisco Massiani. Uno de mis escritores favoritos de toda la vida. Probablemente es una de las personas a quien culpo por ser como soy.

Esa idea se convirtió en un proyecto una semana después, cuando visitamos a Pancho por primera vez en su casa en La Florida. El proyecto se fue convirtiendo en realidad poco a poco y tomó dimensiones que requerían más que el trabajo de 2. Así fue como Manu decidió contratar a todo un equipo y quedar él como el director. Yo, decentemente, asumí que no podía con un trabajo a tanta escala. Así que quedé como fotógrafa del proyecto, además como parte de la pre-producción y la producción. Y según ellos, una pieza clave para que Pancho hablara y se desenvolviera en algunos momentos durante la grabación.

Pancho es un tipo increíble. Un personaje que no tiene explicación. Con unos momentos de locura tan grandes como sus momentos de lucidez.

Ahora estoy en Bélgica. El proceso de producción terminó hace meses y estaba en post cuando me vine. Cuando vuelva, la película estará lista. Después de 2 años y las cosas que hemos vivido parece toda una ficción, así que creo que ya esto no podría ser un documental.

Termino este post y le doy una llamada al Pancho.