24.2.13

un día a la vez

Sí, hace mucho que no escribo aquí, pero es que me he encargado en los últimos años de que mi vida sea bastante aburrida.

He pasado el último mes en la casa de mis padres, en lo que a mí me gusta llamar "Mi casa de la playa". He tratado de reencontrarme, aunque esto va más allá de este último mes.

Resulta que caí en depresión hace bastante, hace más años de los que realmente puedo identificar. El enemigo invisible me atrapó y apenas hace unos meses, en lo que la psiquiatra me dio un récipe y salí llorando de su consultorio, desconsolada por semejante diagnóstico, fue que me cayó la locha: "Jessica, querida, tienes un peo". Recuerdo ir manejando a la farmacia con los lentes empañados a comprar las pastillas y llegar a la casa  hecha un manojo de nervios, tratando de explicarle a mi mamá (que no sé porqué estaba en mi casa) lo que había pasado. Claro, ella no estaba enterada ni de la mitad del cuento. Ella no sabía que yo podía pasar una semana entera sin poder salir de casa, sin hablar más que con mi familia y a veces ni siquiera eso. Mi voluntad se había ido a la mierda. Había dejado de ir a la universidad y no le había dicho a nadie. Ni siquiera mis amigos sabían algo verdadero sobre mi vida. Creo que ni siquiera yo tenía certeza de nada de lo que estaba pasando.

Ponerle fecha de comienzo me ha resultado casi imposible, pero es probable que date del 2007, no no, 2008. Pero definitivamente se acentuó cuando comencé a vivir sola. Y por eso he estado investigando sobre mí, buscando en ese pasado, en esa época pre-jessicadepresiva.
Lo que he encontrado es casi desalentador, incluso físicamente, me hace pensar que estos años han estado casi perdidos.

Hace muchos años que no vivo con mis padres. Desde que tengo 16 estoy en la universidad, en esa época vivía en San Antonio con mis padres y después del
primer año decidí mudarme a Caracas a casa de mis tíos, quienes nunca pusieron demasiadas trabas a mi "independencia". Yo escogí estudiar sociología, aunque siempre quise estudiar antropología, En el fondo creo que siempre me llamó la atención cualquier cosa rara que encontrara en el libro del CNU. Obtuve cupos en varias universidades, pero no en antropología, por lo que decidí rechazarlos todos (incluso el de urbanismo en la Simón Bolívar, en donde mis padres se morían por que estudiara) y graduarme en lo más cercano que tuve que fue sociología.  Jamás debí estudiar una carrera teórica (¿posible detonante 1?).

Igual me encantaba ir a la universidad, me gustaba estudiar, salir luego a tomar cervezas, coquetear y salir con muchos chicos y caminar muchísimo. En esa época paseaba mucho, no le tenía miedo a la calle de día o de noche. Claro, Caracas no era tan peligrosa como es ahora. Poco a poco fui saliendo menos (¿posible detonante 2?).

En el 2007 hice mi primer viaje sola fuera del país, también conocí a un tipo maravilloso, me enamoré perdidamente, me monté en una moto por primera vez y me quemé la pierna al bajarme (la marca de la quemada era un corazón según Daniel). En marzo del 2008, seguía con mi novio, pero saliendo de clases, me paré a desayunar antes de ir a tomarme unas cervezas y conocí a un chico, amigo de la amiga con la que estaba, de quien había escuchado hablar muchas veces. Ese día y por esa semana (era martes y él se mudaba el domingo a Londres) viví en "before sunset". Mi lado excesivamente jeva me confundió hasta hace muy poco y su partida y actitud en los siguientes años me enloquecieron (detonante 3, definitivo). Nunca más regresé a la universidad sintiéndome igual.

Así que pasaron unos meses y terminé con mi novio y al mes comencé una aventura con un profesor. Aventura que se formalizó un mes antes de que nos fuéramos para Argentina y duró un par de años muy lindos aunque revueltos y muy desapegados. Creo que desde Londres, nunca más tuve cabeza para enamorarme seriamente. Así que un día, estando en la playa (¿conté que mi novio profesor tiene la casa de playa más hermosa del planeta y ahí pasábamos la vida?), decidí que yo no volvería a pisar esa casa y así fue.

Al mismo tiempo me había mudado sola a un apartamento en Caracas, soooolaaaa (detonante 4). Era el tiempo perfecto para la soltería. Mi mejor amiga también acababa de terminar una relación de años y decidimos pasar semanas y meses hablando, bebiendo ron y yo terminé olvidándome más de la vida de lo que debía, desapegándome cada día más y alejándome de todas esas cosas que en algún momento quise tener. Y así pasaron años, de descuido total. Lo único que se mantenía en pie en mi vida era mi casa, quizá pretendiendo tener algo de control en el desastre.

Así que todo esto creo que fue lo que me llevó a ese día en el que saliendo de la clínica el ávila, fui a la calle a buscar la camioneta de mi mamá, le di 20 bolívares a la tipa que lo cuidaba y dije "no más".

2 comments:

n i t y said...

jessica!!! te tuve que googlear no tengo ni tu mail, ni tu fb, ni tu cel, nitu instagram, escribeme 04127745930

letras para quién said...

Hacía mucho que no veía tu blog. te leí justo el dia después de que escribiste, alta casualidad. conversemos por chat, un abrazo loquita.

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esto, pues no es sólo mío. podría serlo, de hecho, lo es. pero decido compartirlo.