He estado tratando de recordar muchos comienzos. Hay uno en particular que no recuerdo claramente, pero eventualmente lo haré.

Yo solía vivir en Colinas del Carrizal, muy cerca de San Antonio. Ahí pasé mis últimos 2 años de colegio y 1 de universidad. No fue mucho tiempo, pero mis mejores amistades salieron de esos 3 años.

Vivía en una montaña maravillosa. La casa era hermosa y a veces iba a un Centro comercial que estaba cerca, entraba al baño y  veía por la ventana el parque que estaba en la residencia, en donde muchas veces me senté a ve el infinito, a leer y a besuquearme con mi novio. Me sentía afortunada.

A los pocos meses de mudarnos allá, papá tuvo que ir a trabajar a Puerto la Cruz. Por lo que el día a día era de convivencia con mi mamá y mi chiquitín hermano. Él nos visitaba los fines de semana, pero cuando no, yo invitaba a mis amigos. Yo no fui nunca de salir en exceso. Aunque con los años las cosas cambiaron y no había día en que parara en casa antes de las 12 am.

Durante mi época de "locura sana", mi vida terminó pareciendo el video de Metallica, el de whiskey in the jar. Hasta que de repente comencé a sentirme incómoda cada vez que salía y dejé de hacerlo para dedicarme a estar con mi novio tranquila viendo pelis en casa o tomando ron en la sala mientras escuchábamos música a todo volumen. Todo esto más o menos coincidió con lamigración masiva, el aumento loco de precios y la inseguridad. Así que cuando regresé al mundo de la soltería, había perdido tanto la práctica de la salida, que sigue pareciéndome absurdo cómo aquella vez conocí a ese chico pidiendo un ron con limón en la barra y todo el tiempo que pasamos juntos después de eso.